Planificar y presupuestar una reforma de manera precisa es clave para evitar sorpresas y mantener el control de los gastos.

Aquí tienes una guía detallada sobre cómo establecer y gestionar un presupuesto adecuado para una reforma, maximizando los recursos y reduciendo riesgos.

Haz una lista de todas las reformas deseadas y clasifícalas en esenciales y opcionales. Esto ayudará a enfocar los recursos en las áreas prioritarias y reducir el presupuesto si es necesario.

En la primera visita a la obra es necesario que me cuentes todo lo que necesitas. Ten preparada una lista de tus necesidades para que podamos contemplarlas todas a la hora de diseñar la reforma y adaptarnos al máximo a ellas.

Nos aseguraremos de detallar cada aspecto del proyecto, desde demoliciones hasta acabados finales. Un alcance bien definido permite estimar mejor los costos y anticipar las necesidades de materiales y mano de obra.

Te asesoraremos para que elijas el material que mejor se ajuste a tus necesidades y a tu presupuesto. El coste de los materiales es importante. Si tienes claro el tipo de revestimientos, pisos y acabados que deseas, será fácil cotizar el precio de los mismos y de la mano de obra.

Contactamos con distintos proveedores para recibir recomendaciones, descuentos o materiales alternativos que puedan ajustarse a tu presupuesto.

Es importante dividir el presupuesto en partidas específicas: Divide el presupuesto en categorías detalladas, como materiales y mano de obra, permisos y licencias del ayuntamiento y mobiliario que quieras instalar. Esto facilita el control de gastos en cada etapa.

Reserva entre un 10% y un 20% del presupuesto total para gastos imprevistos. Esto ocurre a menudo en viviendas antiguas en las que se descubren problemas ocultos importantes que hay que resolver para asegurar la seguridad de la vivienda o evitar problemas mayores en un futuro.

Creamos un cronograma detallado para cada etapa nos ayuda a distribuir el presupuesto en el tiempo y a reducir la posibilidad de retrasos (que suelen generar costos adicionales).

Definimos un esquema de pagos con los clientes y proveedores, vinculando cada pago al cumplimiento de hitos específicos del proyecto. Esto asegura que los fondos se asignen progresivamente según el avance real de la obra.

Uno de los principales motivos de sobrecostes son los cambios de diseño o materiales durante la ejecución. Para evitar esto, define claramente el diseño y los materiales antes de empezar y mantente dentro del plan inicial.

Te invitamos a realizar inspecciones periódicas del avance de la reforma para asegurarte de que se cumpla con el cronograma y se usan los materiales pactados. La comunicación contigo será continuada para que si algo no se ajusta a tu idea la podamos adaptar rápidamente a tus necesidades.

Es recomendable invertir en materiales duraderos en áreas de alto desgaste, como suelos, cocina y baños. Aunque pueden ser más caros, la inversión en calidad reduce la necesidad de reparaciones futuras.

Para los acabados, como revestimientos decorativos, puedes optar por materiales de apariencia similar a precios más accesibles (como suelos vinílicos que imitan la madera o pintura de alta calidad en lugar de papel tapiz).

Investigamos opciones en tiendas de construcción que ofrezcan promociones, materiales en liquidación o descuentos por volúmenes para obtener precios más bajos sin sacrificar calidad.

Si decides optar por financiamiento (como préstamos o líneas de crédito), verifica los intereses y los plazos de pago, asegurándote de que el costo financiero sea razonable dentro del presupuesto.

Si solo una parte del proyecto requiere financiamiento, considera utilizarlo en las etapas esenciales, como instalaciones eléctricas o estructura, en lugar de en acabados y decoración.

Asegúrate de que las cuotas del préstamo o línea de crédito se ajusten a tus posibilidades económicas mensuales, evitando endeudamientos que afecten tu estabilidad financiera.

Al finalizar cada fase (como demolición, instalación de suelos, pintura) revisa que cada paso que hemos dado se ajusta a tus expectativas.

Clasifica cada aspecto de la reforma según su importancia, permitiéndote concentrar recursos en lo realmente necesario.

Reserva un dinero para cubrir gastos imprevistos, evitando sorpresas financieras.

Invierte en materiales de alta durabilidad para áreas funcionales y busca alternativas económicas en acabados decorativos.

Revisa constantemente para no perder el control del proyecto y poder actuar a tiempo en caso de desvíos.

Siguiendo estos pasos y manteniendo una supervisión constante, podrás realizar una reforma bien planificada y ajustada a tu presupuesto, logrando un equilibrio entre calidad, funcionalidad y control de gastos.